Proyecto premiado por el Fondo Concursable para la Cultura - MEC
ALGUNOS PERSONAJES de “La Otra Odisea”
“La Otra Odisea” la viven personajes que surgen de formas muy diferentes.
Algunos vienen desde otras historias: son muy, muy antiguos ( tomaron sus primeras formas en las palabras de Homero en el Siglo VIII A.C.); o no tan viejos pero con casi un siglo a cuestas, como el Profesor y "Agustín" que vienen desde “El misterio de Homero” de Poleschuk. Otros surgen de nosotros, pero tienen un reflejo en la realidad… y un reflejo es eso: una imagen donde alguien se reconoce. Ese “alguien”, en algunos episodios, somos nosotros mismos.
Todos quieren estar vivos. Pavada de deseo...
La creación de personajes
Los principales
Son los que hacen que la historia sea ésta y no otra. Sin ellos estaríamos escribujando otra historia…
AGUSTÍN
17 años. Nació en el pueblo de pescadores de la Barra de la Laguna de Rocha. Hace dos años que vive en Montevideo, en Colón, en la casa de sus tíos. Cursa 5ºCientífico en el Liceo Nº9, quiere estudiar ingeniería mecánica. Siempre supo que iba a irse del pueblo: desde chico tuvo ganas de conocer otros lugares, otra gente (“lo que hay después del mar”). Tiene fama de inventor de máquinas desde que estaba en la escuela. Trabaja para sus gastos: era cajero en el supermercado del barrio y ahora va a trabajar con su tío en la construcción. Es uno de narradores de la historia.(La Praxis) Nunca le gustó la literatura hasta este curso…
EL PROFESOR
51 años. Profesor de Literatura. Viudo (su esposa murió en un accidente de tránsito cuando tenía 40 años). No tenían hijos. Se refugió en su profesión y en el estudio. Para él el arte es un ejercicio intelectual, racional. Literatura y vivencia son para él caminos paralelos. Le gusta la docencia, pero cree que hay un abismo entre la genialidad de los autores y la comprensión que los alumnos pueden llegar a tener de ella. Sin embargo esta vez algo lo “rescata”: casi sin pensarlo se deja “guiar” por Agustín, acepta sus conocimientos y eso, aunque en principio fuera para él una broma, es lo que le permite enriquecer (y de qué manera!!!) su experiencia. Es el otro narrador de la historia (La Teoría), y cuenta como una forma de entender y a la vez tomar distancia de la experiencia… No es fácil aceptar lo vivido, quisiera poder “acomodarlo” en algún molde que lo haga más soportable, como si no hubiera sido (como lo es) “un antes y un después”.
HOMERO
El aedo es la experiencia del creador… y su figura en esta historia está inevitablemente ligada para nosotros a El Vagabundo. El creador transforma la ficción en realidad (en un objeto real, entiéndase una novela, un poema, un cuadro, una música,etc, etc, etc, que otro puede recorrer e integrar a su vivencia) y a la vez construye la ficción en base a su experiencia, a su realidad. Homero en la playa de Kefalonia es El Vagabundo llegando al mar, terminando una aventura para empezar otras historias… Homero en la playa de Kefalonia es, en realidad, cualquier creador que termina una obra, un viaje… para empezar otros…
Los personajes mitológicos tomados por Homero en La Odisea y que nosotros decidimos formaran parte de la vivencia de Agustín, nos presentan un desafío enorme (tan enorme como ellos): ser los mismos… y no serlo.
Tienen una gigantesca tradición de representaciones, pero nosotros tenemos que lograr que esos personajes sean propios de La Otra Odisea…Como dice Vicente Huidobro en el “Non serviam “: “ Yo tendré mis árboles que no serán como los tuyos, tendré mis ríos y mis mares, tendré mi cielo y mis estrellas .Y ya no podrás decirme: “Ese árbol está mal, no me gusta ese cielo… los míos son mejores.” Yo te responderé que mis cielos y mis árboles son los míos y no los tuyos y que no tienen por qué parecerse.” Sólo que mientras Huidobro reivindica la rebeldía frente a la “madre Natura”, reflejando la actitud anti-impresionista propia de las vanguardias, la nuestra es una búsqueda que nos lleva a intentar encontrar una versión diferente de toda una historia de ficciones…
Una clave: monstruos que están, de golpe, integrados a lo cotidiano. Han estado siempre ahí, todos estos siglos… se han metamorfoseado seguramente, han pasado desapercibidos para muchos… y la lectura de La Odisea hace que Agustín los perciba ahí, en su vida.
Los Lotófagos
No hay descripción de estos personajes en La Odisea. Por supuesto, es inevitable relacionar directamente la aventura de Ulises con la experiencia de los amigos que se pierden por el consumo.
- Nuestra primera versión era muy “literal”: Nacho y sus amigos en la Plaza Colón, vistos desde el punto de vista de Agustín, y, mezclados entre ellos, unos indígenas ofreciéndoles loto…Pero estaban ausentes totalmente la emoción, la vivencia. No era por ahí, entonces…Había que seguir buscando…
- La imagen de los lotófagos tenía que surgir de los sentimientos, de las emociones y de las sensaciones de Agustín… Por eso decidimos mirar la plaza y a Nacho desde su mirada… Y lo que él veía era una vida que se quemaba, que se deshacía en humo…
Los Cíclopes
Monstruos enormes y torpes, grotescos, con el “achanchamiento” propio de la no actividad, de la no producción, de la pasividad… Devoradores de toda capacidad de reflexión, de toda sensibilidad real… Por lo tanto generadores de entorpecimiento, de grosería, de incomunicación, de aislamiento… Un ojo, una pantalla: los Cíclopes TV.
La Gorgona
No aparece en La Odisea, pero es un personaje que siempre nos gustó y que había vuelto a “engancharnos” a partir de la animación de Salvador Sanz (“Gorgonas”).
Buscamos encontrarnos con el personaje centrándonos en dos aspectos: la palabra “Gorgona” (más específicamente el sonido de la palabra) y sus efectos sobre Juan, el amigo de Agustín: “hecho piedra”. La palabra nos dio un aspecto físico en el que no habíamos pensado: una mujer gorda, grande. Siempre la habíamos “visto” como seductora y sensual, pero ahora esta “forma” agregaba la sensación de fuerza, sobre todo porque se contraponía a un Juan flacucho, peladito, más bien frágil.
Por qué Juan estaba “hecho piedra”? Por qué había dejado de hacer lo que le gustaba, lo que lo definía? Esas eran las preguntas La respuesta era una: una relación paralizante, absorbente, donde las palabras control-amor-obsesión son ventosas que van “chupando” y matando lo más maravilloso que tiene una historia de dos. Como dice Joni Mitchel: “Todo lo que verdaderamente quiero de nuestro amor, es que detone dentro de ti lo mejor… Todo lo que verdaderamente quiero de nuestro amor es que detones también de mí lo mejor”. La respuesta a las preguntas sobre lo que le pasa a Juan es La Gorgona, lo opuesto a poder encontrar (como también dice la canción) “la llave de la libertad”. Ella es lo contrario a ese deseo.
Caribdis
Qué puede tener de peligroso que se salga el tapón de la bañera? Nada.
Pero qué pasa si en la bañera surge, de pronto, Caribdis, con toda su fuerza y toda su furia? “Esto no puede ocurrir… y si embargo ocurre” (como dice un personaje de Bradbury en “Los desterrados”). El último cuadro nos permite decir a nosotros y a los lectores, además, que indudablemente, esta vez, ocurre…
En el Pueblo
Las Sirenas
Quiénes son las sirenas? Cómo son las sirenas?
Tenemos una visión de su historia… pero aún así no logramos todavía visualizarlas…Cómo las ve Rodríguez?
Como en los demás personajes que vienen desde la mitología, sabemos que ellas habitan en lo cotidiano, en lugares que podemos conocer, en casas a las que podemos asomarnos para ver el horror en el que han quedado detenidas.
La historia que estamos escribiendo sobre ellas ("Las Sirenas de la Laguna", historia paralela a "la Otra Odisea") empieza cuando ya hemos descubierto quienes son; su comienzo dice algo así como :
“Algunos de ustedes seguramente saben que esto que digo es cierto: cuando uno escribe, las cosas pasan.
Es una afirmación un poco fuerte, lo sé. Es una afirmación bastante increíble… también lo sé.
Pero pasan.
Lo compruebo una vez más ahora, mientras veo como sus figuras se pierden en la niebla… mientras las dejo irse así, paralizadas para siempre en su historia…”
Detrás de cada una de ellas hay un amor quebrado, un amor que no era amor en realidad, un espejismo. Tocaron esa puerta hacia un lugar donde la soledad iba a convertirse en una foto amarillenta… y esa puerta era de arena.
Pero no hubo desilusión. Ojalá. La desilusión es una de las mejores cosas que pueden pasarnos: se disuelve algo que en realidad no estaba ahí… era sólo niebla…Y entonces, sólo entonces, aún en medio de la tristeza, uno (como dice una canción) “vuelve a esperar que salga el sol…”
No hubo desilusión… pero sí una telaraña que paralizó todos sus movimientos, que las hizo sentirse víctimas, pequeñas moscas atrapadas, vivas aún pero muertas… ya nunca nunca nunca jamás mariposas.
Por eso las sirenas habitan en la niebla para siempre…
Muertas en vida, eligieron la muerte… Y en la muerte , rodeadas de niebla, viven para siempre…
Repiten para otros el horror del que ellas nunca pudieron salir.
Cantan. Y entonces hay en el aire una belleza tan perfecta, tan suave, tan exacta, que parece necesario detenerlo todo ,por si acaso.
Por si acaso se termina. Por si acaso se escapa. Por si acaso se va. Y si eso pasa… entonces qué? Qué es lo que queda? Cómo se sigue?
Cantan. Y eso es la ilusión.
Rodriguez las escucha. Entonces atraviesa su miedo ,porque del otro lado de la niebla tienen que estar ellas. Y de este lado? Sólo su timidez, su soledad, sólo esta sensación de no encajar nunca en ninguna parte, esta sensación de querer no estar ahí que tiene desde que puede acordarse de algo… Entonces ellas tienen que estar del otro lado de la niebla. Tienen que estar.
Ahora está frente a un muelle imposible… Rosendo le dice a Agustín que” Amarró el bote, y entonces las sintió ahí, ahí, claritas y preciosas, cantando tan lindo que daban ganas de llorar…” Pero … cómo las ve Rodríguez?
Estamos intentando mirar a través de sus ojos…
Y lo logramos. Ellas son todavía detalles en la niebla… apenas detalles… y él adivina tanta belleza… Sólo detalles… tan breves …
Ellas son una certeza. Una certeza es así: de pronto mirás… y ves… Y desde ahora seguís viendo así, aunque cierres los ojos…
No vamos a mostrarlas ahora. No vamos a mostrarlas todavía. Tanta belleza puede ser terrible.
Escila
Algunos monstruos, los más terribles, están mucho más cerca de lo que pensamos… Tan cerca, que viven adentro nuestro. Logramos mantenerlos dormidos y casi nos convencemos de que no están ahí… Hasta que surgen otra vez, con toda su violencia desatada… y entonces no hay lugar donde escondernos…ya no hay refugio posible…